Don del Carisma
El carisma de una congregación religiosa es un don de Dios hecho a la Iglesia, que se encarna en un fundador o fundadora y pasa a su familia religiosa para la vida del mundo. (Bruno Chenu)
Este don gratuito del Espíritu, origen de la Instuición espiritual de un hombre, de una mujer, en un tiempo preciso de la historia para las necesidades y las esperanzas de un medio dado.
En el transcurso del año 1890,
en el centro de los
Apalaches,
José Onésimo Brousseau
y Virginia Fournier abrieron
un camino de Evangelio.
Esperando contra toda esperanza
(Rm 4,18) ; fuertes en la fe y en su valentía indefectible, ellos
respondieron amorosamente
a la llamada de Dios
que los invitaba a ponerse
al servicio de los más pobres.
En un abandono total a la Providencia
y al socorro perpetuo de María,
se apoyaron en la voluntad de Dios
y se hicieron servidor y servidora de los más pobres a la manera de Jesús.
Hoy, a través del mundo, nosotras, hermanas de Ntra. Señora del Perpetuo Socorro y las personas asociadas, actualizamos el carisma legado por nuestros fundadores siendo
presencia amorosa y compasiva
de Dios providente
y perpetuo socorro de María
entre los pobres y necesitados, allí donde somos enviadas.
Espiritualidad, fraternidad, misión
Nuestro carisma engloba todos los aspectos de nuestra vida espiritual, comunitaria y apostólica. Estas tres dimensiones trazan la figura evangélica de lo que somos en el mundo y dan forma a nuestra identidad NSPS.
Espiritualidad
Nuestro carisma tiene sus raíces en nuestra espiritualidad de Providencia: providencia de Dios Amor que nos da a su Hijo Jesús, servidor por excelencia.
Jesús respondió en todo a la voluntad de su Padre. Vino para servir y para dar su vida con el fin de que seamos hijos amados del Padre.
Esta espiritualidad de Providencia nos lleva a contemplar a María en su abandono y su adhesión a la voluntad de Dios. Humilde servidora del Señor, ella nos enseña a seguir a su Hijo en el camino de los más pobres, a tomar el camino cotidiano de la entrega que lleva de la cruz a la resurrección.
A ejemplo de nuestros fundadores, nuestra vida está marcada por una fe inquebrantable en la Providencia de Dios «que se nos adelanta siempre, nos acompaña sin cesar y quien provee a todas nuestras necesidades.
(Anales de las hermanas NSPS, 28 de agosto 1892)
DEUS PROVIDEBIT
Tal es nuestra divisa (lema)
Fraternidad
Nuestro carisma florece en el corazón de una comunidad fraterna. Juntas, vivimos en la comunión, la búsqueda de la voluntad de Dios y el compartir de bienes materiales, espirituales e intelectuales. La vida comunitaria nos reúne en un mismo espíritu de familia, de presencia amorosa y confiada, de acogida y de hospitalidad, de sencillez y de humilde servicio, de flexibilidad y de disponibilidad, de solidaridad y de corresponsabilidad.
Misión
Los pobres son la razón de ser de la congregación, les repetía el padre Brousseau a sus hermanas. Nuestra misión de socorrer y de evangelizar sobre todo a los más pobres (Constituciones # 120) nos lleva a estar presentes entre las personas más necesitadas para escucharlas, socorrerlas, compartir sus preocupaciones, llevarles amor y esperanza.
Nuestra misión se inserta en la obra de evangelización de la Iglesia. Se ejercita en una actitud de presencia amorosa y compasiva y de socorro perpetuo para con los más pobres.
Se concretiza en la obras caritativas, educativas, pastorales y misioneras.
Nuestro apostolado, es ir por toda la tierra,
es hacer lo que hizo el Hijo de Dios: llevar fuego a la tierra,
inflamar los corazones del amor divino.
(José Onésimo Brousseau)
