« Para hacer a partir de nada lo que se ha hecho en San Damián y sus alrededores, hacía falta un hombre de otra época, un apóstol tallado en la roca del Gólgota ».
Dr. Aurelio Nadeau, amigo del padre Brousseau
Originario de la parroquia de Santa Henedina Dorchester, ubicado en los límites de la Beauce y Bellechasse, José Onésimo Brousseau es el hijo menor de una familia de agricultores. Se crió en una zona rural donde solía trabajar en los campos. Su infancia estuvo marcada por su piedad y su atracción hacia el sacerdocio. Asistió al Colegio de Lévis y el Seminario de Quebec para ser ordenado sacerdote en 1878. Cuatro años más tarde lo encontramos como sacerdote en San Damián.
Hombre discreto, trabajador ardiente, visionario y piadoso, el Padre Brousseau se preocupa por las necesidades de su tiempo. Proveer a las necesidades de los pobres, los huérfanos y ancianos, desarrollar la agricultura, asegurar la educación cristiana de los jóvenes y detener la emigración a los Estados Unidos, tal es su programa. Su gran compasión le inspira proyectos audaces. La única garantía de éxito radica en su fe inquebrantable en la Divina Providencia. Su viaje a penas comienza…