« Todo pasa, Dios solo permanece ».
Virginia Fournier
En 1864, la pareja Fournier-Samson, heredero y guardián del patrimonio de Samson, se ve progresivamente despojado por las autoridades británicas de sus propiedades patrimoniales de Lauzon. Varios terrenos les fueron inhibidos por los ingenieros reales ingleses que allí construían defensas contra las posibles agresiones de las colonias americanas.
Entonces el señor Fournier pierde toda la madera que había cortado y que el enviaría a los a los Estados Unidos: en la noche del 12 de agosto de 1867, los vagones que transportaban la madera son quemados por una mano criminal. Por último, como golpe de gracia, las autoridades navales deciden, como se solía hacer para la época, no construir los cascos de los barcos de madera. La pérdida es considerable. En 1869, se vio obligado a vender su tierra y emigrar a Stanfold (Princeville), cerca del este. La familia permanece allí dos años y medio, en el cultivo de la tierra y el cuidado de las colmenas. En el entorno de habla Inglés, cada uno perfecciona su segundo idioma.