No hay edad para estar en servicio. Poco importa el lugar donde las hermanas se encuentran, en salud o en la enfermería, su aporte personal se vive según su capacidad y su talento.

Confección de rosarios a los 90 años

Preparación de las tostadas a los 101 años

Dedos de hadas a los 100 años

Confección de cepillos para fregar platos a los 101 años
Enfermas o ancianas, encontramos en la oración y el sufrimiento, la ocasión de hacer de nuestra vida una unión profunda con Cristo ofrecido para la salvación del mundo. (Constituciones, no 129)