La fundación de la misión de Azurduy nace en plena cordillera, en las montañas del departamento de Chuquisaca, en la provincia Juana Azurduy, a un día de Sucre.
El 20 de octubre de 1990, tres religiosas se instalan en esta nueva zona de misión. Ellas se insertan en un medio de gran pobreza. La taza de mortalidad infantil, de malnutrición y de analfabetismo era muy elevada. Pocas personas tenían acceso al agua potable y a la electricidad.
Las hermanas trabajaban con las personas del pueblo, las comunidades de base, el centro de jóvenes mujeres y el club de madres. Ellas se implicaban en la educación de la fe, la promoción de la mujer, la formación de los jóvenes y la alfabetización.
Ellas van también a los pueblos vecinos de la zona para dar la catequesis sacramental.
La preocupación vocacional se presenta en el corazón de las religiosas y una de ellas se ocupa más particularmente de las aspirantes a la vida religiosa.
En 2002, las hermanas dejan la misión por falta de religiosas. La amistad vivida permanece más allá del tiempo y la formación que se dió contribuye hoy a la continuidad del desarrollo del pueblo.